Voces: Daños y perjuicios – Daño al proyecto de vida.
Hechos: La actora, víctima de un accidente de tránsito que causó secuelas incapacitantes tanto físicas como psíquicas, y especialmente en relación a su expectativa de vida, dado que como consecuencia de aquellas, no podrá ejercer, como lo hacía, su profesión de médica, solicitó indemnización, entre otros rubros, por frustración al proyecto de vida. La señora jueza de primera instancia acogió favorablemente el ítem indemnizatorio, diferenciándolo del daño moral y físico.
Sumarios: 1.- Analizada nuestra norma doméstica incluida en el art. 1738 del C.C, no puedo compartir el criterio de incluir la reparación a la frustración al proyecto de vida al cuantificarse el daño moral, dado el carácter autónomo y reparable del rubro, por lo que en razón de lo expuesto, otorgaré una suma comprensiva de las consecuencias que resulten de la interferencia al proyecto de vida de la víctima de autos (arts. 2 y 1738 del C.C. y C. ).
2.- El proyecto de vida de una persona, o mejor dicho, el daño a tal proyecto, no puede ser asimilado a los comúnmente llamados lucro cesante o pérdida de chance, pues el quebranto en este nuevo concepto es mucho más profundo y decisivo. Teniendo en cuenta que el lucro cesante es aquella ganancia o utilidad de la que la víctima se vio privada, y la pérdida de chance o de oportunidad se trata de un daño que es más que una posibilidad pero menos que una certeza, el daño al proyecto de vida va más allá de estas circunstancias específicas. El daño al proyecto de vida conlleva una alteración al curso de la vida misma de la persona, de manera tal que esta se ve impedida de poder desplegar sus potencialidades de manera espontánea y con cotidianeidad, todo lo cual repercutirá en su psiquis pues su realización personal se vería seriamente afectada-
3.- El daño al proyecto de vida, atiende a la realización integral de la persona afectada, considerando su vocación, aptitudes, circunstancias, potencialidades y aspiraciones, que le permiten fijarse razonablemente determinadas expectativas y acceder a ellas. Por tanto, el proyecto de vida se expresa en las expectativas de desarrollo personal, profesional y familiar, posibles en condiciones normales.